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viernes, 21 de diciembre de 2012

Las cookies y la publicidad a menores requerirán permiso de los padres con la nueva ley en Estados Unidos

La Comisión Federal de Comercio (FTC) estadounidense ha modificado las leyes concernientes a la privacidad de menores con la intención de otorgar más control de decisión a los padres de los mismos. Estas leyes mencionan explicitamente medidas de protección relacionadas con las apps de los smartphones y sitios web. Han tenido que actualizar las normas vigentes hasta ahora para adaptarse al aumento de uso de los smartphones y tablets por parte de los menores.

Algunos factores que se consideran en esta modificación están el reconocimiento de voz (y por tanto, los datos recabados al realizar la operación en servidores remotos), los sistemas de posicionamiento global (GPS), y la publicidad online basada en el comportamiento del usuario. La anterior ley, la COPPA del año 1996, ya requería a los operadores dirigidos a menores de 13 años notificar a sus padres y obtener su permiso antes de recolectar y/o compartir los datos privados de los usuarios menores como el nombre y apellido, números de teléfono, dirección física o dirección de correo electronico.

La nueva legislación expande el requerimiento para incluir sobre todo a las apps. Exime, de todos modos, a los mercados de aplicaciones como Google Play o la AppStore de Apple de toda responsabilidad del inclumiento de algunas apps de esta nueva ley. Ahora, cualquier dato que identifique y sirva para localizar al menor, requerirá de permiso paterno por lo que fotografías, videos, audios y la geolocalización del usuario lo requerirán también. Al poder rastrear un usuario a través de cookies, estas también necesitarán permiso paterno para instalarse. Los perfiles personalizados y basados en el comportamiento del usuario no podrán ser utilizados para dirigir publicidad personalizada a menores a no ser que se cuente con permiso paterno.

Aquellos sitios que tengan publicos de diversa edad, deberán cribar por edad y notificar a los padres cuando los menores de 13 años se conecten.

Fuente: NY Times

viernes, 14 de diciembre de 2012

Un estudio confirma que los menores no acuden a sus padres ante problemas derivados del sexting

Un nuevo estudio cualitativo sobre el sexting realizado por la Universidad de Plymouth y el nodo Safer Internet del Reino Unido con el apoyo de la NSPCC entre 120 estudiantes de 13-14 años, y 30 de 10-11 años incluye las siguientes conclusiones:

  • El sexting es una actividad normalizada y rutinaria para los niños de 13-14 años.
  • Los chicos no piden ayuda a los adultos porque temen ser que no se acepte su comportamiento).
  • Los chicos creen que los problemas del contenido sexual (tanto pornográfico como el que ellos mismos generan a través del sexting) deberían ser tratados en la escuela y de hecho muestran interés por hablar de ello. Sin embargo, no suelen hablarlo con sus profesores cuando les surge algún problema de este tipo.
  • Los menores de 10-11 años parecen estar a salvo del contenido sexual en Internet.

La directora de la National Society for the Prevention of Cruelty to Children (NSPCC) dice que se empieza a constatar que el porno duro (hardcore porn) se consume de forma regular y normalizada entre los menores, y esto está llevando a que generen y compartan sexting que imite el tipo de comportamiento sexual reproducido en ese género. Incide en que hay que enseñar a los menores a que se respeten ellos mismos, y a que respeten a los demás y que la educación sobre estos asuntos debe comenzar en la escuela primaria.

Fuente: Medical Xpress

Más información sobre el fenómeno del sexting

lunes, 3 de diciembre de 2012

Agregar a los padres en las redes sociales ayuda a los adolescentes a comportarse mejor

Es conocido que algunos menores publican sin inmutarse comentarios discriminatorios contra otras personas en Internet.

La organización Pew Internet Research Center ha indagado en la cuestión en un reciente informe y ha encontrado una correlación entre el nivel económico de los padres y los mensajes que publican sus hijos: a mayor nivel económico, mejor gestión de la privacidad y mayor automoderación de mensajes inconvenientes.

Según el estudio el 44% de los padres está preocupado con el efecto adverso que la actividad online de los hijos pudiera tener en el futuro, sobre todo en relación con sus futuras oportunidades académicas y profesionales. Cuanto más pobres, parece que la preocupación es menor. Tampoco parecen preocuparse los más ricos, quizá porque ellos son quienes mejor ayudan a gestionar la privacidad de sus hijos.

El 75% de los padres con títulación universitaria usan las redes sociales de forma activa, frente al 59% de quienes no tienen estudios universitarios.

Algunos menores reconocen que agregar a los padres en su red social online les ayuda a moderarse. A otros, el simple hecho de que sus padres quieran estar en su red de amigos, les ha servido como excusa para gestionar mejor las opciones de privacidad y así evitar que los padres y la familia accedan a ciertos contenidos.

Tener entre sus grupos de amigos gente de diversas edades también les sirve para reflexionar y considerar que no conviene compartir todos sus pensamientos adolescentes. Reconocen que no se trata de esconder, sino de reconocer que uno no se comporta de la misma manera en diversos contextos.

No es que los hijos de los más pobres (en los EE.UU.) sean más racistas (homófobos, machistas, xenófobos..), sino que están peor equipados para ocultar sus prejuicios, concluye el estudio.

Fuente: Slate.